Síndrome de Peter Pan: ¿qué es? ¿Cómo superarlo?
Me imagino que lo has escuchado más de una vez: el síndrome de Peter Pan. Y desde entonces, muchas personas adultas dicen que tienen el síndrome de Peter Pan. ¿Pero qué es realmente? ¿Los psicólogos nos encontramos algo así en consulta? Y en caso positivo, ¿cómo lo solucionamos?
El síndrome de Peter Pan es en realidad un conjunto de características creadas más por nuestro mundo digital que no por la evidencia en Psicología. Las personas se identifican, se limitan con ello, y por este motivo les resulta más difícil solucionar el problema.
Sin embargo, sí existen un conjunto de características que hacen que las personas se definan según este síndrome de Peter Pan. Hablamos ante todo de una tendencia a no asumir responsabilidades, no comprometerse, no mantener proyectos a largo plazo… en definitiva, todo lo que asociamos a no querer crecer (como el personaje).
Pero esto no es ser un Peter Pan sino que estamos hablando de miedo e inseguridad, que puede estar totalmente camuflado tras una máscara de seguridad, autosuficiencia y desapego (prefiero ir directamente al grano, aunque «duela» un poquito).
Así que vamos a ir al grano. ¿Qué es el síndrome de Peter Pan? ¿Te ocurre? ¿Cómo lo solucionamos? Lo vas a averiguar hoy, además de comenzar a dar los primeros pasos. Vamos a por ello.
Las características de Peter Pan
La característica más importante de Peter Pan no era ser un niño que no podía crecer, sino que era un niño que no quería crecer. Pero esto no es posible… salvo que te sigas comportando como un niño o niña. De ahí que lleguemos a este problema: el síndrome de Peter Pan, ¿existe de verdad tal y como nos lo plantean? ¿Qué ocurre realmente en un sentido psicológico?
Así que vamos a comenzar siendo francos: no, no existe un síndrome de Peter Pan como tal. En psicología no existe nada llamado así, sino que es un invento moderno para describir cierta problemática que algunas personas viven hoy día. ¿Cuáles son estos problemas?
Se trata de personas adultas, con vidas y capacidades adultas, que, sin embargo, se resisten a comprometerse, adquirir ciertas responsabilidades, o a vivir dando un beneficio a otras personas (en su vida social, familiar, etc.) de tal forma que quieren aferrarse a una vida eminentemente individualista.
Estas personas hacen esto debido a un concepto muy personal de libertad, de tal forma que reniegan de cualquier tipo de compromiso o relación que les haga perder esta libertad.
Suelen considerar que experiencias como tener proyectos a largo plazo, responsabilizarse de sí mismos de forma completa o de participar en el cuidado de otros es una «pérdida de tiempo». Sin embargo, es frecuente que vivan ciertas crisis existenciales o que se sientan sin propósito vital.
¿Por qué ocurre?
Las causas del famoso síndrome de Peter Pan
Cada ser humano es único y somos muy diversos. Nuestro bienestar depende, ante todo, de tomar decisiones propias que nos lleven a lo que queremos. Por este motivo es importante no hacer juicios de valor: cada persona asume sus responsabilidades y decisiones (tener hijos o no, proyectos más a largo plazo o no, etc.).
El problema principal que existe en este caso es cuando debido a un problema con miedo e inseguridad no afrontamos proyectos o decisiones más vitales, que nos comprometen a un cambio, aprendizaje y esfuerzo. Esta es la causa que lleva a estas personas a momentos de desánimo o insatisfacción.
Vamos a ver algunas de las causas principales
Autoestima centrada en el yo
Uno de los principales problemas de las personas que viven con las características del síndrome de Peter Pan es que han construido una autoestima basada en el yo. ¿Qué quiere decir esto?
Nuestra autoestima es una relación afectiva con nosotros mismos, a través de la cual fluye una relación con el mundo. Para que tu autoestima funcione, tu bienestar debe depender principalmente de ti (de lo que haces, tus decisiones, cómo lo haces, etc.). Si tu bienestar depende demasiado de factores externos que no puedes controlar (cómo te validan los otros, por ejemplo), tu autoestima se ve afectada.
Una autoestima centrada en el yo es aquella que está construida según el valor personal, lo que uno cree de sí mismo. Es una autoestima frágil, ya que equivale a vanidad o a una visión demasiado egocéntrica.
Por este motivo, las personas con estas características huyen de situaciones o experiencias que implican responsabilidad, compromiso o constancia: el temor a que su visión de sí mismos quede afectada les aleja de hacerlo (aunque sea lo que realmente quieren).
Gestión del miedo y la inseguridad
Aquí entra en juego la segunda causa. Los seres humanos somos seres emocionales y cada emoción nos influye tanto en nuestro estado de ánimo como en nuestras decisiones. El problema no es tener miedo o inseguridad, sino no saberlas gestionar de forma funcional.
Las personas Peter Pan tienen dificultades a la hora de gestionar tanto el miedo como la inseguridad, motivo por el cual rehuyen situaciones. Cuando aprendemos a gestionarlas con un cambio de decisiones y comportamientos, dejan de ser tan intensas, frecuentes y duraderas.
Todo proceso de cambio y aprendizaje personal en nuestra vida conlleva aprender a entender y a gestionar nuestras emociones, ya que son la base fundamental de nuestra vida, conducta y relaciones.
Motivación a corto plazo
A su vez, es común que estas personas hayan aprendido a motivarse a corto plazo. Esto es algo bastante habitual en nuestra era tecnológica, debido a la adicción que nos hacen sentir las tecnologías y que nos lleva siempre al corto plazo.
Cualquier compromiso, proyecto, constancia o superación conlleva que aprendamos a motivarnos a largo plazo, según objetivos concretos y valores.
Esto son los principales factores que llevan a estas características, que hoy día se conoce como el síndrome de Peter Pan. Ahora bien, ¿cómo podemos solucionar el problema de forma profunda, práctica y a la vez estable?
Solucionar el síndrome de Peter Pan desde tu propio aprendizaje
Superar este problema no implica que dejas de ser quien eres, sino que aprendes de ti y superas ciertos límites de los cuales no somos conscientes. En este caso, se trata de afrontar tres aprendizajes principales
Autoconocimiento y valores
A lo largo de nuestra vida tomamos decisiones por miedo y evitación. Estas decisiones nos hacen sentir bien, pero solo temporalmente. Para superar el síndrome de Peter Pan, un primer paso es profundizar en ti, en tus valores y motivaciones, y trazar una serie de objetivos concretos.
Cuando tus decisiones están basadas en tus valores en lugar de en evitación o solo encontrar un bienestar efímero, comienzas a construir otro modo de vida.
Conocer tu mundo emocional
Una vez que damos ese paso, llega el momento de aprender a entender y a gestionar lo que sientes. Cada emoción que llega a ti no procede solo de lo que ha pasado, sino de cómo lo interpretas y gestionas mediantes tus comportamientos.
En este caso, cada conducta evitativa lleva a darle valor a estas emociones, de tal forma que terminan por condicionarte más. Cuando aprendes a gestionar tus emociones las tienes a tu favor en lugar de en tu contra, y se genera más confianza, aceptación y compromiso.
Una autoestima que funcione
No se trata de que tu autoestima sea alta o baja, ganarla o perderla, ya que esto implica que es inestable. Una autoestima que
funciona es aquella donde tu bienestar depende principalmente de ti y lo compartes con los otros. Una autoestima funcional no lleva a la vanidad o a la valoración personal excesiva, sino a aceptar los contextos y tomar decisiones que te lleven a estar bien en armonía con los demás.
Conseguir estos cambios es posible desde tu propio aprendizaje y cambio personal. Es un proceso que requiere de profundidad y también de pasar a la acción de forma concreta. Vamos a ver cómo debe producirse para que funcione al 100%.
Dejar atrás el problema: un proceso de cambio personal
Vamos a llegar entonces a conclusiones sobre el famoso síndrome de Peter Pan.
En primer lugar, si conoces a alguien que sientes que le ocurre esto: no le juzgues. Cada persona está en su proceso y para superar sus dificultades necesita afrontar sus propios retos.
Por otro lado, si es a ti a quien le ocurre: es un buen momento para hacer una toma de consciencia e ir a la raíz del problema. No eres Peter Pan ni necesitas serlo. Tu bienestar depende ante todo de ti, y solucionar este tipo de dificultades pasa por un aprendizaje profundo que significará un antes y un después.
Si es lo que quieres, recuerda que puedes agendar una primera sesión conmigo para solucionarlo. En esta sesión nos conocemos, vemos tu caso de forma específica para ver qué ocurre y cómo resolverlo, y daremos los primeros pasos en tu proceso de cambio personal.
En mi caso, no acompaño solo con sesiones eventuales, sino de forma diaria, para cualquier consulta o necesidad que tengas, además de con herramientas semanales y sesiones. Se trata de trabajar con todas las partes de ti: tu gestión de emociones, relaciones, comunicación, sistema de creencias, autoestima, etc., para que el proceso funcione y te lleve al cambio que necesitas al 100%.
Te envío muchos ánimos y voluntad,
Rubén