Resignación y aceptación: ¿cuáles son las diferencias? ¿Cómo trabajar la aceptación?
Uno de los aprendizajes más importantes que podemos hacer en nuestra vida es entender la diferencia entre resignación y aceptación. Solemos vivir resignados ante situaciones que no nos gustan y quisiéramos cambiar (problemas de pareja, frustración en el trabajo, sentirte menos, etc.). ¿Pero hacia qué debemos resignarnos y qué debemos aceptar? ¿En qué se diferencian? Y sobre todo, ¿cómo trabajar la aceptación?
Diferenciar entre resignación y aceptación es también uno de los logros más valiosos en un proceso de cambio o terapia. Lo que solemos pensar es… «¿Aceptar? ¿Pero cómo voy a aceptar lo que me ocurre si me hace tanto daño?».
De esta forma, en realidad nos estamos resignando y llega aún más frustración. En este artículo vamos a ver cuáles son las diferencias entre resignación y aceptación, por qué aprender a aceptar es tan valioso en tu vida para vivir con bienestar, cómo puede ayudarte a conocerte y a superar lo que te ocurre. Vamos a por ello!
Las diferencias entre aceptación y resignación
Resignación y aceptación son dos estados emocionales que nos cuesta diferenciar y nos influyen de forma muy diferente. Seguramente te habrá pasado: pensar que aceptar implica «conformismo», cuando en realidad solo nos estamos resignando ante lo que nos frustra y nos hace sentir mal.
Las diferencias son las siguientes:
La resignación es un estado emocional desagradable, entre la frustración y el desánimo, que nos lleva a la inactividad y al malestar. La resignación surge de una interpretación: lo que ocurre es negativo y solo me queda resignarme. Esto, a su vez, implica que tu bienestar está dependiendo de factores externos que no puedes controlar… con lo cual, tu enfoque está en lo que ocurre, no en ti o en lo que puedes hacer para estar bien.
La aceptación, por el contrario, es un estado emocional agradable, similar a la paz, que nos lleva hacia la acción. La aceptación surge de entender qué depende de ti y qué no, de tal forma que pones límites y te enfocas en lo que puedes hacer para estar bien y mejorar una situación.
Como ves, son diametralmente opuestos. Vamos a profundizar más con este vídeo y luego veremos por qué nos resulta tan difícil aceptar.
Por qué nos resulta tan difícil aceptar
La aceptación es uno de los estados emocionales y mentales que nos traen una mayor paz. Recuerda: la aceptación no es resignación (un tipo de conformismo desagradable y enfocarnos en lo negativo), sino entender que lo que ocurre es lo adecuado, tiene sus límites, y nos enfocamos en cuidarnos. Aceptar no es inmovilidad, sino que nos lleva al cambio. ¿Por qué nos resulta tan difícil aceptar?
Lo que frena nuestra aceptación ante todo son estados emocionales que no hemos aprendido a gestionar de forma funcional, así como interpretaciones limitantes de lo que nos ocurre. Vamos a verlo con más detalle.
¿Qué es lo que tendrías que aprender a aceptar para solucionar lo que te ocurre? (en positivo)
Emociones relacionadas
Las principales emociones relacionadas con una falta de aceptación son el miedo, la inseguridad y la frustración. Las dificultades no son esas emociones, sino cómo las estamos gestionando. Si gestionamos el miedo de forma disfuncional, veremos demasiados detalles que nos adviertan de riesgos y nos adaptaremos a ellos.
Por ejemplo: sentir inseguridad en una relación de pareja, lo cual te lleva a discusiones frecuentes, y resignarte porque crees que el problema es lo que ocurre en lugar de cómo lo gestionas. Esta idea y sensación desagradable procede de una visión basada en el miedo y en la inseguridad.
A su vez, la frustración nos lleva a valorar el entorno de forma negativa y siempre basado en pérdidas. Aprender a entender y a gestionar nuestras emociones (con un plan de acción y ayuda especializada) nos lleva a generar más aceptación en nuestra vida, descubrimos cuáles son nuestros límites, nos comunicamos de forma más asertiva y nuestras relaciones mejoran.
Creencias limitantes y resignación
¿Qué es realmente una creencia limitante?
Las creencias son una interpretación subjetiva de la realidad. Todos los seres humanos vivimos según un sistema de creencias, siempre subjetivo, que condiciona lo que sentimos y cómo actuamos.
Toda creencia es en realidad limitante, ya que es una interpretación subjetiva. Sin embargo, cuando una creencia es demasiado absoluta y nos encierra, termina por ser demasiado limitante.
Cuando interpretamos al otro de forma rígida, existen expectativas, comparaciones o juicios de valor, terminamos por sentir resignación.
Trabajar con tus creencias limitantes es necesario en un proceso de cambio. Sin embargo, la única forma de hacerlo de forma práctica es a través de lo que sientes y con tu propio comportamiento.
Trabajar la aceptación para vivir en bienestar
Conseguir vivir con aceptación y confianza es uno de los objetivos más importantes para toda persona. Cuando aceptamos, entendemos que no podemos cambiar una realidad ajena a la nuestra y dejamos de luchar contra lo que no nos corresponde.
Cuando aceptamos, descubrimos lo positivo y encontramos soluciones a lo que nos ocurre. ¿Cómo trabajar la aceptación?
Ante todo depende de vivir un proceso de cambio, práctico y profundo, donde vayamos a la raíz de lo que ocurre y lo solucionemos mediante tu propio aprendizaje personal. Esto es lo que hará que se solucione no solo lo que ocurre ahora, sino que también te ayude para el futuro.
Aprendizajes necesarios
Los aprendizajes necesarios que nos llevan hacia esa aceptación y cambio personal son los siguientes:
- Descubrir cómo entiendes y gestionas tus emociones (tus miedos, inseguridades, frustración, desánimo, etc.)
- Aplicar cambios concretos que te lleven hacia el cambio que necesitas (mediante un plan de acción personalizado, que también vamos adaptando con el tiempo)
- Trabajar no solo con lo que ocurre, sino con todas las partes de tu personalidad: tu autoestima, sistema de creencias, valores, comunicación, relaciones, etc.
- Contar con compañía experta, que no te guíe ni te aconseje o solo escuche, sino que te ayude como un espejo donde te reflejes, aprendas a de ti y descubras qué cambios debes aplicar para vivir con más bienestar.
Proceso de cambio
Un proceso de cambio o terapia no debe ser solo una experiencia pasajera, sino un proceso profundo que te lleve a cambios duraderos. Por este motivo mi forma de acompañar como psicólogo y coach no es solo con sesiones, sino de forma más constante: cada día, sin límite de consulta, además de con herramientas semanales y sesiones.
Si es lo que quieres, recuerda que puedes agendar una sesión exploratoria conmigo para profundizar en lo que ocurre y ver cómo podemos solucionarlo. Aquí también puedes leer testimonios de las personas que han vivido sus procesos conmigo.
Te envío muchos ánimos, y por supuesto, aceptación.
Gracias por pensar en ti,
Rubén