Gestionar la insatisfacción: cómo conseguir que tu bienestar dependa de ti
Cualquier persona ha sentido insatisfacción en algún momento de su vida. Puede ocurrirte en tu relación de pareja, en el trabajo, con tus proyectos o salud u objetivos. ¿Por qué sentimos insatisfacción? ¿Es algo que depende de ti o del contexto? Y sobre todo, ¿cómo gestionar la insatisfacción para que no te condicione tanto?
A veces pensamos que cambiando el contexto (o a la persona) podemos cambiar la situación pero la situación en realidad está dentro de ti. La insatisfacción es una emoción y estado de ánimo que trata de decirte muchas cosas: qué puedes cambiar, qué no, y hasta qué punto tu bienestar depende de ti o de factores externos.
Como toda emoción, gestionar la insatisfacción es la vía para que salgas del problema.
El significado de la insatisfacción en tu vida
La insatisfacción es una emoción desagradable, que puede ser intensa y llevarte al enfado o, por el contrario, desanimarte. ¿Qué quiere decirte la insatisfacción?
Ante todo, te dice que lo que ocurre no te gusta. Pero lo que ocurre es un factor que no puedes controlar. Sea cual sea el contexto, la forma de gestionar la insatisfacción es lo que te lleva a que sea más o menos intensa, frecuente y duradera.
Evidentemente, esto no quiere decir que tengamos que resignarnos ante situaciones que no nos gusten, sino que hagas un aprendizaje sobre qué depende de ti y no, y sobre todo, de cómo lo gestionas.
Hay varios factores involucrados.
Aceptación o control
Aquello que te cause insatisfacción depende ante todo de dos dimensiones: de lo que ocurre y de cómo lo gestionas.
No podemos cambiar lo que ocurre, pero sí cómo lo gestionamos y afrontamos. En función de cómo gestiones tus emociones, lo que esperas del otro o del contexto, cómo te comunicas (si de forma más imperativa o cediendo demasiado) te vas a sentir de una forma u otra.
Por esta razón es primero imprescindible que aprendamos a aceptar qué es lo que está en tu mano o no, qué es lo que puede cambiar o no, para que tu enfoque esté solo en ti.
Gestión de emociones
Gestionar la insatisfacción es un proceso emocional y de aprendizaje. De la misma forma en que el miedo, la inseguridad y la ira tienen una función positiva (protegerte o ayudarte a poner límites), la insatisfacción tiene como objetivo hacerte consciente de que tu rutina no te gusta. ¿Pero cómo lo gestionas?
¿Aplicas cambios para construir una rutina que te funcione? ¿O sientes que tu bienestar depende demasiado del contexto?
Gestionar tus emociones no es dejar de sentir esas emociones, sino que sean funcionales (que tengan el grado justo de intensidad, frecuencia y duración). Cuando aprendes a hacerlo, todo cambia y se genera más aceptación, seguridad y confianza.
Tu forma de comunicarte
Si tu comunicación es poco asertiva y cedes demasiado ante el contexto sentirás que no puedes decidir, y por lo tanto, sentirás cada vez más insatisfacción.
Gestionar la insatisfacción también depende de cómo te comunicas y relacionas. Si tu comunicación es asertiva, positiva y empática, podrás comenzar a establecer los límites que necesitas y decidir lo que te conviene para que sean tus acciones y tu forma de vivir la que te genere satisfacciones (no necesariamente el contexto).
Autoestima
Finalmente, la autoestima no es una experiencia de «subir» o «bajar», sino que tu autoestima te funciona cuando tu bienestar depende principalmente de ti. Si cedemos demasiado ante el contexto, no nos comunicamos para poner límites, o exigimos allá donde no hay cambio posible, estarás dependiendo demasiado de factores externos que no puedes controlar y la insatisfacción será más intensa.
Construir una autoestima que te funcione depende de esto: que tu bienestar dependa principalmente de ti.
Gestionar la insatisfacción: salir del bucle para siempre
La insatisfacción es un estado emocional que, si se siente de forma muy constante, tiene relación con la ansiedad y puede llevarte al desánimo. Es una emoción intensa, desagradable, y cuando la situación no cambia podemos desanimarnos y sentir que no es posible vivir satisfechos.
Esa insatisfacción puede depender de que elijas objetivos demasiado complejos o poco realistas (o que ahora no sea el momento), que busques cambios en el exterior, que no te comuniques de forma asertiva o que te dejes demasiado llevar por la auto exigencia, el miedo o la inseguridad.
Sea cual sea la causa, la raíz del problema está en conductas que se repiten, y por lo tanto, toda solución estará relacionada con tu propio cambio personal.
Voy a dejarte un vídeo donde profundizamos en cómo gestionar la insatisfacción por si prefieres escucharme. El artículo continúa más abajo.
Solucionar la insatisfacción desde tu propio cambio personal
Sentir insatisfacción en ciertos momentos de nuestra vida puede ser normal y útil. Nos ayuda a descubrir qué falla y qué necesitamos cambiar. Sentir satisfacción ante todo es el resultado de que tus acciones y decisiones están alineados con tus valores. Es decir: tú eres la principal persona que puede darse satisfacciones.
Pero no hablamos de satisfacciones más primarias, como la comida o el descanso, sino esas satisfacciones que vienen de tus decisiones, de enfocarte en lo que te reporta bienestar, en comunicar lo que sientes, poner límites para cuidarte, etc.
Gestionar la insatisfacción es entonces el resultado de un proceso de cambio personal. Es necesario reflexionar sobre cómo gestionas la insatisfacción ahora, cómo se relaciona con otras emociones (miedos, inseguridades, ira, culpa, etc.), cómo influye también tu autoestima y comunicación, y aplicar cambios concretos que te lleven a solucionar la situación.
El valor del plan de acción
Para conseguir cambios específicos es imprescindible pasar a la acción. Por este motivo, cuando la única herramienta son sesiones donde reflexionas pero no pasas a la acción, nada cambia.
Este es el motivo por el cual es imprescindible contar con un plan de acción, donde descubramos cuáles son las acciones diferentes que te llevarán a gestionar tu bienestar y sentir más satisfacción.
Un proceso de cambio que funcione
Cuando la única ayuda que tenemos son sesiones psicológicas, suele ser limitante y ante todo eventual. En cada sesión tenemos que trabajar todo lo que ha ocurrido y se pierde mucha información. Por este motivo mi trabajo como psicólogo y coach es acompañarte en un proceso más completo y profundo, donde no solo cuentes con sesiones, sino con compañía constante y sin límite de consulta.
Esto quiere decir que puedes consultarme lo que necesites en cualquier momento. Así, podremos avanzar en lo que te ocurre de forma más constante y sentirás más compañía y compromiso. Además, contaremos con herramientas semanales para trabajar con todas tus emociones, autoestima, relaciones, etc., y así las sesiones serán mucho más específicas y profundas.
Si es lo que quieres, recuerda agendar tu primera sesión exploratoria para descubrir qué ocurre en tu caso y cómo podemos solucionarlo. Gestionar la insatisfacción es ante todo un aprendizaje personal que, si se interioriza, te ayudará de forma estable.
Te envío mucha confianza.
Gracias,
Rubén Camacho