Responsabilidad afectiva: la clave para el bienestar en tu relación
La responsabilidad afectiva es una de las grandes claves en nuestras relaciones sentimentales. Desde hace más de 15 años acompaño en procesos de cambio y terapia a personas con dificultades psicológicas y/o emocionales, y las dificultades en las relaciones de pareja son uno de los temas más comunes. Sin embargo, vivimos en un mundo de sobre información que nos confunde cada vez más.
Todos estos artículos nos hablan sobre cómo debe comportarse el otro, «personas tóxicas» y un largo etc. Este tipo de contenidos buscan solo atrapar nuestra atención y perjudican la claridad con la que debemos vivir nuestras relaciones de pareja. ¿Qué es entonces la responsabilidad afectiva? ¿Cómo podemos trabajarla?
Las dificultades en la pareja y la importancia de ser responsables
Las relaciones personales, especialmente las sentimentales, son algunas de las experiencias más intensas y complejas que vivimos. Nos ofrecen bienestar, vínculos profundos que perduran en el tiempo y que influyen en nuestras decisiones, pero también traen consigo dificultades como miedos, inseguridades, culpas, celos o frustraciones. Una de las complicaciones más comunes en este ámbito es la falta de responsabilidad afectiva.
Pero, ¿somos realmente responsables de nuestra pareja? ¿Cuándo se falta a esa responsabilidad?
No, no somos totalmente responsables del bienestar de nuestra pareja, y esta es una de las grandes claves de las relaciones. Cuando surgen miedos, inseguridades, ansiedad, etc., creamos expectativas sobre el otro que perjudican nuestra autoestima. No somos responsables del otro, sino de nuestras decisiones y comportamientos, así como de cómo nos comunicamos.
Aquí es donde entra en juego la responsabilidad afectiva. Se trata de tener una relación sincera desde nuestro propio bienestar.
Comprendiendo la responsabilidad afectiva
Es común pensar que la principal razón para acudir a consulta psicológica está relacionada con problemas de ansiedad, desánimo o autoestima. Sin embargo, en muchos casos, las dificultades emocionales se originan en problemas dentro de las relaciones de pareja. De hecho, las dificultades sentimentales son las que muchas veces conducen a trastornos de autoestima y otros problemas emocionales.
Sin embargo, la solución no radica en culpar al otro (un hábito común en el mundo digital y en redes sociales), sino en trabajar en nuestro propio cambio personal, ya que el bienestar depende en gran medida de nosotros mismos.
Mitos sobre las relaciones en el contexto digital
Vivimos en una era de sobrecarga informativa gracias a las redes sociales, y esto puede generar confusión sobre ciertos términos. Términos como «personas tóxicas», «psicopatía» o «narcisismo» se usan incorrectamente con frecuencia, lo que distorsiona nuestra comprensión de las relaciones.
La responsabilidad afectiva, sin embargo, es un concepto real que se presenta en muchas consultas. Se refiere a la capacidad de ser coherentes en nuestras relaciones afectivas. Si quedamos con alguien a una hora determinada y no acudimos sin una justificación válida, estamos incumpliendo nuestra responsabilidad afectiva. De forma similar, en una relación de pareja, cuando nuestra comunicación y acciones no son coherentes, podemos causar incertidumbre y ansiedad en el otro.
Cuando no hay responsabilidad afectiva, se suelen hacer promesas que no se pueden cumplir, o bien se intentan cumplir expectativas demasiado altas que, con el tiempo, generan distanciamiento emocional.
Causas de la falta de responsabilidad afectiva
Las razones detrás de esta falta de responsabilidad pueden variar. En muchos casos, se debe a que una persona intenta cumplir con una expectativa ajena para afianzar la relación, un comportamiento que no se puede mantener a largo plazo. En otros casos, se origina en la gestión de miedos e inseguridades, lo que lleva al aislamiento emocional y afectivo.
Entonces, ¿qué hacer si te encuentras en una relación con alguien que parece mostrar una falta de responsabilidad afectiva? ¿Y qué hacer si eres tú quien experimenta esta dificultad? Vamos a desglosar qué no es una falta de responsabilidad afectiva, para evitar caer en los mitos más comunes.
Qué no es una falta de responsabilidad afectiva
En el contexto digital, muchos mitos giran alrededor de la responsabilidad afectiva, lo que puede generar confusión. Es crucial entender que las relaciones saludables requieren trabajo personal y comunicación asertiva. No se trata de ser perfectos ni de cumplir con expectativas ajenas, sino de ser honestos y responsables con nuestras emociones y compromisos.
Es fundamental entender que ciertos comportamientos no constituyen necesariamente una falta de responsabilidad afectiva:
- Silenciarse tras una discusión
- Buscar momentos de soledad
- Alejarse de conversaciones estresantes, no por falta de interés, sino como una forma de gestionar el conflicto de manera saludable
- Tomar decisiones personales que no afectan directamente a la relación
- No cumplir con expectativas irrealistas
- Si alguien se comporta de esta manera, no necesariamente está siendo irresponsable afectivamente, ya que estos comportamientos pueden ser fruto de problemas de la relación, pero no reflejan una falta de responsabilidad real
En cambio, cuando sí hay una falta de responsabilidad afectiva, se observan los siguientes comportamientos:
- Hacer promesas exageradas o inalcanzables
- Prometer apoyo incondicional que, en la práctica, resulta poco realista o frustrante
- Vivir de los beneficios de la relación sin asumir las responsabilidades compartidas
- En resumen, una falta de responsabilidad afectiva implica desconectar emocionalmente de las implicaciones de las relaciones, lo que genera inseguridad, ansiedad y desconcierto en la otra persona
Qué hacer si estás en una relación con falta de esta responsabilidad
Si te encuentras en una relación con alguien que muestra esta falta de responsabilidad afectiva, lo primero es enfocarte en tu propio aprendizaje. Al centrarnos demasiado en los problemas del otro, estamos externalizando nuestro bienestar, lo que afecta nuestra autoestima.
Los aprendizajes más importantes para afrontar esta situación son:
- Aprender a comunicarte de forma asertiva, estableciendo límites claros y acuerdos concretos
- Hacer que tu bienestar dependa de ti mismo, fortaleciendo tu autoestima
- Gestionar emociones como miedo, inseguridad y ansiedad, que son comunes cuando hay problemas en una relación.
Qué hacer si te resulta difícil practicar la responsabilidad afectiva
Si te cuesta vivir con responsabilidad afectiva, no te sirve culparte ni pensar que la otra persona está en la culpa. En muchos casos, las dificultades en las relaciones vienen de una mala gestión emocional, como el miedo o la impulsividad.
Para abordar esta situación, es importante:
- Reflexionar sobre qué te impide ser responsable afectivamente, sin sobrecargarte con expectativas imposibles
- Practicar una comunicación honesta y clara, respetando tus límites
- Emprender un proceso de autoconocimiento para superar miedos e inseguridades
- La solución está en tu propio cambio personal
Una de las lecciones más importantes que podemos aprender en nuestras relaciones es que no podemos controlar al otro. Compartimos bienestar, pero no debemos esperar que la otra persona gestione nuestra felicidad. La única solución es el trabajo personal: descubrir qué aspectos de ti mismo necesitan cambiar o desarrollarse para que todo lo demás también cambie.
Aunque este tipo de dificultades parezcan superficiales, son las que más habitualmente nos llevan a problemas mayores de ansiedad, desánimo y autoestima con el tiempo. Por este motivo la solución a estas dificultades no está en remedios superficiales o seguir consejos, sino en vivir un proceso de cambio y terapia que sea profundo, donde aumentes tu autoconocimiento y encuentres soluciones concretas a lo que te ocurre.
Para que un proceso de cambio y terapia funcione necesitamos estas claves:
- Que la compañía sea constante: cada día, para cualquier necesidad que tengas
- Que nos enfoquemos en las soluciones, no solo en el problema: tenemos que encontrar soluciones prácticas que te lleven a estar mejor. Aprender a comunicarte de forma más asertiva, gestionar tus emociones o construir una autoestima funcional son aprendizajes que te servirán para toda tu vida
- Que sea un proceso profundo: profundizar en cada parte de tu personalidad (no solo en lo que te ocurre en tu relación) es fundamental para el cambio sea profundo y estable en el tiempo
- Que sea un proceso práctico: nada cambia si no aplicamos cambios. Cuando estos cambios se aplican (y pueden ser pequeños detalles), todo va cambiando paulatinamente.
Hoy día cuidar de nuestro bienestar y salud mental es cada vez más necesario. Si quieres compañía en tu proceso, con compañía constante, profundidad y de forma práctica, recuerda que puedes agendar una sesión conmigo aquí para descubrir qué ocurre y cómo solucionarlo.
Te envío muchos ánimos y confianza,
Rubén Camacho
Psicólogo y coach