¿Qué tipo de terapia funciona realmente? Descubre los fundamentos clave de las terapias eficaces
Hoy día existen cada vez más terapias, pero, ¿qué tipo de terapia funciona realmente? Si existen tantas nuevas terapias, ¿es que todo lo que se hacía antes no tenía valor? Y sobre todo, ¿existen terapias específicas que te ayuden para superar tu problema (sea de ansiedad, emocional, pareja, etc.)?
Vivimos en el mundo de la sobre información. Existen tantas novedades que esto ha también influenciado en el aspecto terapéutico. Hoy día es habitual que muchas personas busquen cuál es la terapia adecuada para superar su dificultad.
En este artículo, vamos a explorar las razones detrás de la proliferación de nuevas terapias y qué tipo de terapia funciona realmente para ayudar a las personas a superar sus dificultades. Si bien existen enfoques que pueden parecer novedosos, muchos de ellos en realidad se basan en principios ya establecidos, pero se presentan con nombres diferentes o ligeramente modificados.
Finalmente, vamos a ver cuáles son los 7 fundamentos básicos para que una terapia funcione. Esto te ayudará a entender qué necesitas realmente. Lo que voy a contarte está basado en experiencia directa en terapia durante más de 15 años. Aquí puedes leer algunos testimonios de personas que han vivido sus procesos. Vamos a por ello.
El auge de las terapias: ¿una respuesta a la demanda social?
La aparición de nuevas terapias tiene mucho que ver con el contexto social y cultural en el que vivimos. A medida que avanzamos, surgen nuevas necesidades y especializaciones en la forma en que abordamos los problemas emocionales y psicológicos. A lo largo del tiempo, la psicología ha evolucionado, y las terapias también lo han hecho, adaptándose a los cambios en la sociedad, las relaciones humanas y los contextos laborales y personales.
El psicoanálisis, por ejemplo, tuvo un impacto profundo en la cultura, aunque su falta de evidencia empírica lo ha relegado a un lugar de menor influencia en la práctica clínica moderna. Con el tiempo, surgieron otros enfoques más enfocados en resultados concretos, como la terapia conductista, que fue especialmente útil en un contexto de cambios sociales y económicos durante la Revolución Industrial.
Sin embargo, a pesar de los avances en la psicología, muchas terapias contemporáneas no se alejan tanto de lo que ya se había propuesto, sino que son simplemente adaptaciones con un enfoque más específico o con un nombre distinto. La comercialización de estos métodos también juega un papel importante, ya que la industria de la formación y los cursos ha creado una «burbuja» de terapias que pueden no ofrecer soluciones reales a las personas, pero sí promueven la venta de programas y formaciones.
La evolución de las terapias: de lo conductual a lo humanista
Con el tiempo, la terapia cognitivo-conductual (TCC) consolidó su lugar como una de las más eficaces, especialmente por su enfoque práctico y basado en la evidencia. Sin embargo, no todas las personas encuentran en la TCC la solución a sus problemas. Esto llevó al surgimiento de enfoques más humanistas y relacionales, como las terapias de tercera generación. Estos enfoques reconocen que el problema no siempre radica en una patología o enfermedad, sino en cómo una persona interactúa con su entorno y consigo misma.
Las terapias de tercera generación buscan ayudar a las personas a aceptar sus emociones y pensamientos, en lugar de luchar contra ellos. El enfoque aquí no es tanto tratar de «curar» un problema específico, sino ayudar al individuo a entender su propia subjetividad y adaptarse mejor a las circunstancias que le rodean, promoviendo el bienestar y la resiliencia.
Sin embargo, muchos profesionales de la psicología y terapeutas ya aplicábamos este enfoque antes de la popularidad de estas nuevas terapias.
Te dejo con un vídeo donde profundizamos en todo esto y vemos los 7 fundamentos básicos para que una terapia funcione. Más abajo, el artículo continúa con esos 7 fundamentos por escrito.
¿Qué tipo de terapia funciona realmente?
Aunque la proliferación de terapias puede parecer confusa o incluso desalentadora, existe un conjunto de fundamentos básicos que toda terapia eficaz debe cumplir para garantizar que produzca resultados duraderos y beneficiosos. Estos principios no dependen del nombre de la terapia ni de las técnicas específicas, sino de cómo se lleva a cabo el acompañamiento terapéutico.
Si se aplican estos 7 fundamentos básicos, podrás vivir un proceso de cambio y terapia que realmente te funcione. Lo importante no es tanto el problema (si ansiedad, autoestima, pareja, etc.) sino trabajar con tu persona. Cuando la solución está en nuestro propio aprendizaje personal, todo cambia.
Estos son los 7 fundamentos básicos para que una terapia funcione.
Respeto absoluto hacia la subjetividad de la persona
Cada persona tiene una experiencia única de la realidad, y la terapia debe partir de este entendimiento. Esto significa que no debemos imponer teorías preestablecidas sobre lo que le ocurre a la persona, sino escuchar y comprender su mundo interno sin juzgar ni interpretar sin su consentimiento. Este respeto a la subjetividad es fundamental para generar confianza y crear un espacio terapéutico seguro.
Cuando existen teorías previas sobre qué te ocurre, ya no se respeta ese principio. Cada persona es única y debemos profundizar en ti.
Escucha activa
La escucha activa es más que simplemente oír lo que una persona dice. Se trata de escuchar con la intención de comprender realmente lo que esa persona está experimentando, sin hacer valoraciones ni interpretaciones apresuradas. Es un proceso que implica empatía y un profundo respeto por la experiencia subjetiva del otro.
Formulación de preguntas poderosas
Las preguntas abiertas y reflexivas permiten a la persona explorar su propio pensamiento y encontrar sus propias soluciones. No se trata de dar respuestas, sino de guiar al individuo para que descubra nuevas perspectivas y formas de entender su situación.
Un plan de acción claro
Las terapias más efectivas no se limitan a ofrecer alivio temporal; deben proporcionar un plan de acción concreto que ayude a la persona a superar sus dificultades a largo plazo. Esto incluye herramientas prácticas para gestionar emociones, mejorar relaciones y tomar decisiones más saludables.
Conocer el procesamiento de la información de la persona
Cada persona tiene su propia forma de procesar la información, que influye en cómo percibe el mundo y cómo responde a las experiencias. Conocer este procesamiento es clave para adaptar las intervenciones de manera efectiva. Al entender cómo una persona interpreta los eventos, los pensamientos y las emociones, podemos dirigir la terapia de manera que se ajuste a su forma única de funcionar, lo cual aumenta las probabilidades de éxito a largo plazo.
Trabajo integral
Una terapia eficaz no se limita a tratar un solo aspecto del problema, sino que aborda a la persona en su totalidad. Esto significa que se tienen en cuenta todos los aspectos de la vida de la persona: tu forma de construir autoestima, gestionar tus emociones, tu sistema de creencias, forma de construir relaciones o comunicarte, contexto social, etc.
Solo un enfoque integral puede producir cambios duraderos en la vida de una persona, porque abarca el problema de manera holística, considerando la interrelación de todos estos factores.
Compañía constante
A menudo, las personas que buscan terapia no solo necesitan herramientas para afrontar sus problemas, sino también un acompañamiento constante a lo largo de su proceso de cambio. Esto implica que el terapeuta esté disponible para guiar, apoyar y dar seguimiento, fomentando el proceso de crecimiento personal. La compañía constante es un pilar para que el paciente sienta que no está solo en su camino y para que el proceso terapéutico sea lo más efectivo posible.
Por este motivo mi forma de acompañar es diaria en lugar de solo con eventuales sesiones. De esta forma, podemos abordar las dificultades que tienes en el mismo día, sientes más compañía y el proceso o terapia funciona mucho mejor.
Conclusión: ¿Qué tipo de terapia funciona a largo plazo?
La razón por la cual existen tantas terapias es, en parte, la necesidad de especialización y adaptación a los diferentes contextos y necesidades de las personas. Sin embargo, más allá de la cantidad o el nombre de la terapia, lo que realmente importa son los fundamentos que una terapia debe cumplir para ser efectiva.
Al final, lo más importante es que la terapia no se convierta en un proceso de dependencia. Al contrario, se trata de que sea una herramienta que empodere a las personas para vivir con más bienestar.
Vivir una terapia solo con sesiones o según un enfoque muy limitado (por más que sea prometedor) suele llevar solo a un alivio temporal. Para que un cambio sea estable y te sirva en todos los aspectos de tu vida, es más valioso trabajar contigo de forma profunda.
Si es lo que quieres, puedes agendar una primera sesión exploratoria para conocernos, profundizar en tu caso y encontrar soluciones. Puedes agendarla en este enlace.
Muchos ánimos y gracias por pensar en ti,
Rubén Camacho