Nada me motiva: las causas y soluciones ante la parálisis del desánimo
El ser humano nace naturalmente ilusionado. Sentimos ilusión hacia todo: aprender, conocer, relacionarnos, pensar y descubrir. Sin embargo, a medida que pasan los años nos enfrentamos a retos y dificultades que nos desmotivan. ¿Por qué nada me motiva? ¿Qué es lo que nos lleva a esa parálisis?
La desmotivación, parálisis o esa sensación de sentirse vacío o vacía es cada vez más común. Vivimos en una época estimulante y a su vez estresante y hostil. Cada vez tenemos más dificultades sociales, de autoestima, de trabajo o de pareja.
Sin embargo, el problema no está solo en lo que te ocurre, sino en cómo lo entiendes y gestionas. Si te has preguntado por qué nada me motiva has llegado al artículo adecuado. Vamos a ver cuáles son las causas de la desmotivación, los factores psicológicos y emocionales involucrados, pero ante todo cómo podemos resolverlo gracias a tu propio cambio personal.
Todo esto lo haremos según la experiencia de las personas que han conseguido los cambios que necesitaban en consulta y que han conseguido solucionar este problema. Vamos a por ello.
Las causas de la desmotivación
Cuando nada te motiva ni ilusiona estás en un estado emocional vinculado al desánimo. El desánimo es lo contrario a la motivación. Solemos pensar que lo que nos quita la motivación o ilusión es lo que ha ocurrido, el hecho de haber intentado algo y no haber conseguido tus objetivos, o incluso tener miedo a un posible fracaso.
Si lo reflexionamos, descubrirás que esto ocurre a lo largo de nuestra vida. No siempre podemos conseguir nuestros objetivos (por más que hoy día te digan que todo es posible), y los rechazos forman parte de nuestras necesidades (todos los seres humanos aceptamos y rechazamos a partes iguales).
Existen una serie de factores psicológicos y emocionales que hacen que llegues a la desmotivación y pierdas la ilusión, y a su vez, que sientas esa sensación de vacío o parálisis.
Vamos a ver cuáles son estos factores, aunque antes voy a dejarte toda esta explicación en un vídeo por si prefieres escucharme. Solo tienes que darle a play!
Falta de recompensas
Una de las explicaciones más comunes es que si nada me motiva es debido a que no «creo lo suficiente en mí» o que no tengo «objetivos a largo plazo». Estas son explicaciones superficiales que encontrarás en multitud de artículos y vídeos en redes sociales. Recuerda que hoy día vivimos en la era de la sobre información y el intrusismo, y estas explicaciones realmente no nos ayudan.
Los seres humanos creemos en lo que podemos hacer o no en función de lo que hacemos. Nuestra acción determina lo que ocurre. Si hemos intentado conseguir ciertos objetivos y no ha sido posible, es lógico que terminemos por sentir desmotivación. Si ante un problema de pareja tendemos a discutir o a evitar, nuestra conducta y comunicación hará que vivamos esa relación de una forma y otra. El problema no está en lo que sientes, sino en cómo lo gestionas.
Cuando existe una falta de recompensas en tu vida la consecuencia será la desmotivación. Pero estas recompensas no son las que vienen por parte de los demás… sino por parte de ti. Cuando llevas demasiado tiempo con una rutina y hábitos donde no te cuidas, te auto recompensas, o lo que haces no está alineado con tus valores, ilusiones y tendencias, terminamos por sentirnos vacíos.
Y esto ocurre habitualmente por el siguiente factor…
Que tu bienestar no depende de ti
Cuando tu bienestar no está dependiendo principalmente de ti sino de factores externos que no puedes controlar (cómo se comporta el otro, cómo te valoran, etc.) el resultado será la desmotivación.
Esta es la clave de una autoestima que funciona. No se trata de tener una autoestima alta o baja, sino de que sea estable y donde construyas tu bienestar con tus propias acciones y forma de vida.
En las relaciones, bien sea sociales, familiares o especialmente de pareja, solemos olvidarnos de lo que necesitamos y cedemos demasiado ante la relación por miedo e inseguridad.
Es importante que tu bienestar dependa principalmente de ti, de lo que haces y de cómo lo haces. Esa es una vía estable para motivarte.
Gestión de emociones
Como habrás visto, las emociones son clave a la hora de entender por qué nada me motiva o para encontrar ilusión. Cuando nos desmotivamos es debido a que vivimos con expectativas o comparaciones que nos hacen perder el enfoque. Si tu motivación no depende de lo que tú haces sino de lo que esperas del mundo, el resultado siempre será frustrante.
Aquí entran en juego emociones clave como el miedo, la inseguridad, el enfado o el desánimo. Pero el problema no son esas emociones, sino cómo las entiendes y gestionas.
Aprender a gestionarlas hará que encuentres más confianza, aceptación y seguridad, y de esta forma te resulte más fácil auto motivarte.
Ansiedad y desánimo: el factor más limitante
Cuando pasamos demasiado tiempo viviendo con miedo e inseguridad, o bajo una situación de estrés y agobio que no sabemos gestionar, es habitual que se produzca la ansiedad. La ansiedad es un problema emocional, también psicológico y fisiológico (ya que está vinculado con tu forma de respirar) que nos causa cansancio y con el tiempo desánimo.
Tratar de sentir motivación o ilusión si vives con ansiedad es prácticamente imposible. Por esta razón es importante trabajar primero con la ansiedad para reducir su intensidad, duración y frecuencia. Este paso es imprescindible si es tu caso.
Cuando existen problemas de ansiedad y desánimo, bajar su intensidad es lo primero que hacemos en un proceso de cambio personal (sin fármacos, sino mediante tu respiración y gestión de emociones). Cuando conseguimos esto, todo luego resulta mucho más fácil.
Solucionar la desmotivación y sentirse vacío
Sentirse vacío es una experiencia desagrable, desmotivante, muy vinculado a estos factores clave:
- Sentir que tu bienestar no depende de ti (porque, debido a cómo entiendes y gestionas tus emociones, ha dependido demasiado de factores externos)
- Hábitos de vida (una rutina que esté alineada con tus valores, hábitos saludables, etc.)
- La forma en la que gestionas tus emociones, así como problemas con ansiedad y desánimo
Cuando nos sentimos vacío o sientes que nada me motiva, no se trata de un problema vinculado a un propósito que debes buscar o encontrar, sino a cómo construyes tu presente.
Por este motivo, la vía para alcanzar tu propia motivación no depende de factores externos (encontrar una pareja, estatus, trabajo adecuado, etc.) sino de trabajar con tu propio cambio personal.
Claves para vivir un proceso de cambio personal
Existen una serie de claves en tu proceso de cambio personal para que funcione al 100%. Cuando este proceso consiste en una terapia basada solo en sesiones, tiene sentido que también nos desmotivemos y perdamos el enfoque. De la misma forma, los cursos o talleres eventuales no suponen un auténtico aprendizaje y cambio estable.
El cambio debe venir de ti, de trabajar con profundidad contigo, con tus aprendizajes, de forma constante y práctica. Las claves son las siguientes:
- Vivir un proceso constante: no solo con eventuales sesiones, sino con una mayor compañía, para encontrar la ayuda que necesitas de forma más flexible
- Trabajar con todas las partes de tu personalidad: autoestima, gestión de emociones, relaciones, autoconocimiento, valores, etc.
- Contar con un plan de acción: que sea práctico y te lleve hacia cambios concretos
- Que sea un proceso profundo: donde aprendas más de ti de lo que ahora crees y que pueda ser estable, para que también te ayude en el futuro
- Que tengas el compromiso a llegar hasta el final: no solo se trata de probar, sino de aprender con profundad e interiorizarlo en tu vida
El primer paso para construir motivación
Los seres humanos nos motivamos a través de lo que hacemos. Cuando tu motivación es intrinseca (es decir, que depende de ti, de lo que haces) te resulta más fácil vivir con bienestar. Esto también ocurre tanto en el trabajo como en las relaciones de pareja.
Si buscas ese cambio, que sea profundo y a su vez estable, recuerda que puedes solicitarme una primera sesión. En esta sesión nos conocemos, exploramos tu caso, vemos cómo puedes solucionarlo al 100% y cómo puedo acompañarte para que lo consigas al 100% (desde el principio hasta el final).
Te envío muchos ánimos. El cambio es posible si se da en ti.
Gracias por pensar en ti,
Rubén