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Mentir en las relaciones: Causas y cómo enfrentarlo

El ser humano es un animal social y emocional, pero también… mentiroso. Mentimos cada día y puede ser, incluso, un mecanismo adaptativo que proviene de la capacidad para empatizar. Sin embargo, mentir en las relaciones es un comportamiento que se presenta con frecuencia y puede tener consecuencias devastadoras. Cuando las mentiras son excesivas en las relaciones se provoca incertidumbre, desconfianza, y con el tiempo ansiedad y desánimo. ¿Por qué ocurren? Si es tu caso, ¿cómo solucionar el problema?

En este artículo, exploraremos por qué algunas personas optan por mentir y cómo estas mentiras pueden afectar la dinámica de una relación. He acompañado a personas que habían experimentado dificultades en sus relaciones debido al exceso de mentiras (lee aquí algunos testimonios). En algunas ocasiones, las propias personas que mentían e incluso construían vidas paralelas querían vivir su proceso para profundizar más en sí mismos y solucionar el problema.

Lo que vamos a trabajar en este artículo está basado en esa experiencia directa en consulta. Vamos a por ello.

La raíz de mentir en las relaciones

Mentir en las relaciones puede surgir de diversas razones, aunque siempre resulta problemático. Algunas personas mienten para evitar conflictos, mientras que otras lo hacen por inseguridad o miedo a la verdad. Sin embargo, estas mentiras, aunque a corto plazo pueden parecer una solución, a la larga generan desconfianza y daño emocional.

Las mentiras nos ayudan a entender nuestra propia realidad y a construir una identidad, pero ¿en qué momento se convierten en un problema? Cuando mentimos en exceso, comenzamos a sentir inseguridad y ansiedad, lo que a menudo genera un peso emocional abrumador. Con el tiempo, esta carga puede llevar a un deterioro de la relación.

El motivo de mentir demasiado está vinculado al miedo y a la inseguridad, lo cual nos hace querer construir una identidad ficticia. Este proceso conlleva agotamiento emocional y cada vez resulta más difícil salir de las mentiras.

Por otro lado, si recibimos esas mentiras nos genera incertidumbre y por lo tanto también ansiedad y desconfianza. Aprender a gestionar estas emociones y saber comunicarnos con límites resulta también indispensable.

Explorando el origen del acto de mentir

Empecemos desde el principio: mentir es una habilidad que ejercitamos con frecuencia en nuestra vida diaria. Desde la infancia, aprendemos que al distorsionar ciertos hechos de la realidad podemos alcanzar determinados objetivos en nuestras relaciones interpersonales. Inicialmente, este comportamiento puede verse como un mecanismo adaptativo que nos ayuda a enfrentar situaciones, a construir nuestra identidad y a aprender a relacionarnos con los demás (por ejemplo, las famosas mentiras piadosas).

A medida que crecemos, nos damos cuenta de que mentir puede ser una estrategia útil que, en ocasiones, nos saca de un conflicto o nos proporciona ciertos beneficios. Sin embargo, el verdadero problema de las mentiras aparece cuando su propósito deja de ser adaptarse a una situación y se convierte en una manera de evadir un hecho que resulta complicado de enfrentar. Cuando mentimos en exceso, comenzamos a experimentar inseguridad, ansiedad y un creciente agobio que se convierte en una carga emocional.

En mi práctica como psicólogo, he escuchado a muchas personas confesar que son mentirosos compulsivos. Al profundizar en su situación, descubrimos que no se trata de un patrón de mentiras extravagantes, sino más bien de una serie de mentiras redundantes que aumentan su malestar y su estado de ansiedad.

Las razones comunes detrás de mentir en las relaciones incluyen:

  • Evitar conflictos: Muchas personas creen que ocultar la verdad evitará discusiones o malentendidos. Sin embargo, esta estrategia suele resultar contraproducente, ya que las mentiras tienden a salir a la luz y pueden causar conflictos más graves.
  • Inseguridad personal: Algunas personas mienten para proyectar una imagen que consideran más atractiva. En lugar de aceptarse a sí mismas, sienten que deben esconder sus defectos, lo que las lleva a crear una fachada que no refleja su verdadera personalidad.
  • Miedo a la pérdida: En relaciones amorosas, la necesidad de mantener a la pareja puede llevar a mentir. La preocupación por perder a alguien importante puede resultar en ocultar información o distorsionar la verdad, lo que puede erosionar la confianza.

En ocasiones, en consulta, muchas personas me confiesan ser mentirosos compulsivos. Cuando profundizamos más en su caso, descubrimos que no existen más mentiras que las habituales, sino una serie de mentiras redundantes que incrementan su malestar y estado ansioso.

Voy a dejarte un vídeo donde te explico en primer persona el contenido de este artículo (el artículo continúa más abajo).

Las consecuencias de mentir en las relaciones

Mentir en las relaciones nunca es inofensivo. Las consecuencias pueden incluir:

  • Pérdida de confianza: Una vez que se descubre una mentira, la confianza se ve comprometida. La relación puede no recuperarse nunca del daño causado.
  • Aislamiento emocional: La persona que miente puede comenzar a sentirse sola y aislada, ya que el miedo a ser descubierta puede crear barreras en la comunicación.
  • Conflictos recurrentes: Las mentiras a menudo conducen a malentendidos y discusiones, creando un ciclo negativo en la relación.

Vivir una relación donde las mentiras son frecuentes termina por desgastarla. Sin embargo, no es una solución centrarnos solo en el problema y en la conducta del otro. La solución debe partir de nuestro propio aprendizaje y cambio personal, bien sea para aprender a gestionar nuestras emociones y dejar de mentira o para poner límites a ese modo de comportamiento.

La solución a las mentiras excesivas

Mentir de forma excesiva nos lleva a un estado de ansiedad, preocupación y agobio que redunda en un malestar general muy desagradable. La solución, no obstante, está en trabajar justo con el origen de esas mentiras excesivas: la forma en la que entiendes y gestionas esas emociones, así como la forma en la que construyes tu autoestima e identidad.

Sentir miedo, inseguridad o culpa es natural. El problema mayor es cuando no sabes entender y gestionar lo que sientes, hasta tal punto de que esas emociones son demasiado intensas, frecuentes y duraderas, condicionando tu conducta y llevándote hacia las mentiras excesivas.

Realizar este aprendizaje es lo que te lleva hacia un encuentro contigo mismo y te permite relacionarte con los demás y con el mundo de una forma asertiva, positiva y, sobre todo, honesta.

Como conclusión: mentir en las relaciones es un comportamiento dañino que puede tener consecuencias duraderas. La honestidad es fundamental para construir una relación sólida y saludable. Si sientes que has estado mintiendo, es crucial abordar este problema antes de que cause un daño irreparable. Recuerda, el cambio comienza contigo y la valentía de enfrentar la verdad.

Si necesitas ayuda profesional para resolver lo que te ocurre, no dudes en contactar conmigo para agendar una primera sesión (haz clic aquí). En esta sesión nos conocemos, profundizamos en tu caso y vemos cómo puedo acompañarte para que puedas resolver el problema. Esto es posible tanto si tienes dificultades con mentir excesivamente o si eres tú quien recibe esas mentiras y te han causado dificultades de ansiedad.

Muchos ánimos,
Rubén Camacho
Psicólogo y coach

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Rubén Camacho Zumaquero

Psicólogo y coach

Puedo ayudarte

Si quieres solucionar lo que te ocurre, agenda una sesión conmigo para conocernos, encontrar una solución estable y comenzar con tu proceso de cambio personal

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