Clima laboral: cómo mejorarlo de forma estable
El clima laboral o el contexto en el que trabajamos es uno de los factores más importantes para vivir con bienestar. Somos seres sociales, afectivos y emocionales, y dedicamos gran parte de nuestro tiempo a esta área. Si el clima laboral nos influye tanto para vivir bien o sentir estrés y malestar, ¿cómo podemos mejorarlo de forma estable y segura?
Hoy día vivimos en la época de la sobre información, digitalizada y consumista. Esto ha hecho que la propia palabra «bienestar» sea utilizada como reclamo de marketing. En las empresas, instituciones o negocios se llevan a cabo docenas de prácticas y diferentes técnicas para conseguir mejorar este clima laboral: excursiones, motivación, incentivos, talleres, charlas… pero nada parece funcionar.
No funciona de la misma forma que un fármaco solo alivia un síntoma de forma temporal pero no soluciona el problema de raíz.
Para mejorar el clima laboral de forma estable debemos alejarnos de técnicas superficiales y enfocarnos en lo importante:
¿Cuáles son las mejores condiciones para realizar un trabajo de forma eficiente y a la vez segura y satisfactoria?
¿Cuáles son los factores que causan un problema en el clima o ambiente laboral?
¿Qué debemos realmente cambiar o solucionar? (sin técnicas milagrosas, sino con cambios profundos y estratégicos).
Mi trabajo como psicólogo y coach es acompañar a personas en sus procesos de cambio personal y terapia. Aunque he acompañado a instituciones (de tamaño mediano y grande, de más de 2000 personas) en procesos de cambio, hoy día trabajo en lo que considero más eficaz y profundo: acompañar solo de forma personal e individualizada (aquí puedes leer algunos testimonios de personas a las que he acompañado).
En este artículo voy a compartirte las claves más importantes. Vamos a por ello.
La importancia del clima laboral
Los seres humanos somos seres emocionales, sociales y afectivos. El trabajo forma parte de esas tres dimensiones. Trabajo o trabajar es realizar un esfuerzo positivo que te lleva a un desarrollo de habilidades (lo cual mejora la autoestima y bienestar) y a la vez ofrece un resultado que aporta beneficios para otras personas o a la sociedad en su conjunto.
A veces, estas tareas nos agradan, bien sea porque te guste la tarea o porque el mero hecho de hacerla lleva a resultados que aportan beneficio, y en ocasiones no (porque no le vemos el sentido lógico o porque no existen incentivos suficientes).
El clima laboral es el contexto en el que realizamos ese trabajo, de tal forma que, a pesar de las dificultades o del estrés que suponga (un cierto nivel de estrés también es positivo) nos lleva a conocernos, mejorar habilidades y sentir que tiene un propósito.
Si ese contexto no funciona, el trabajo tampoco funcionará. Vamos a ver cuáles son las principales dificultades para que no funcione.
Principales dificultades
Aunque solemos estar seguros sobre lo que nos pasa o qué ocurre en relación al clima o ambiente laboral, rara vez acertamos. ¿Por qué? Porque vivimos en el mundo de la sobre información y parte del problema es darlo todo por sentado.
Es muy habitual que reciba emails de este tipo: «necesito que nos ayudes para mejorar el liderazgo», «existe un problema de comunicación», «hay personas que no controlan sus emociones», o «hay dos personas que no saben trabajar en equipo».
En todos estos casos, el error comienza por creer estar seguros sobre lo que pasa.
Primero: el liderazgo es la influencia positiva sobre los demás, y esto puede existir incluso desde el silencio, así que partir de una idea errónea o distorsionada de liderazgo (lo que se suele hacer en redes) no nos ayuda.
En muchas ocasiones, esos problemas «emocionales» son consecuencia de un contexto impredecible. Por último: el trabajo en equipo es una práctica totalmente sobrevalorada, ya que muchas personas trabajan mejor y ofrecen mejores resultados desde su individualidad.
¿A qué conclusiones llegamos? Lo importante no es lo que creemos que pasa (como si fuera un grupo de problemas A, B y C) sino tener apertura para detectar el problema de origen. Conocer las características individuales de nuestro equipo es el pilar más importante para que el clima laboral funcione.
Estas son las problemáticas reales que encontramos.
Incertidumbre y falta de planificación
Las personas necesitamos ciertas rutinas, certidumbres y planificación para poder funcionar. Cuando el trabajo está plagado de incertidumbres, especialmente en la comunicación, nos sentimos frustrados, indecisos, y con el tiempo desmotivados.
La incertidumbre puede sentirse cuando no conocemos plazos, cuando la comunicación es ambigua, cuando se cambian decisiones sin tener en cuenta al otro, etc.
Roles poco claros
Cuando no sabemos dónde comienza y termina nuestra responsabilidad e incluso se mezcla con la de otra persona, sentimos igualmente ambigüedad, falta de interés y desánimo.
Es muy beneficioso que nos interesemos por otros roles, ayudemos al otro, compartamos y creemos lazos, pero siempre desde una posición segura.
Conflictos y estrés
Los conflictos y el estrés son inevitables, pero… si son demasiado intensos, frecuentes y duraderos, hablamos de un clima laboral destinado al fracaso. El trabajo fluye cuando el entorno es seguro, tiene cierto grado de predictibilidad y se genera confianza. Esto lo conseguimos aprendiendo a entender y a gestionar las emociones que están en juego, además de potenciar una comunicación empática y asertiva.
Conocimiento del otro
Como hablamos antes, forzar al trabajo en equipo o someter a estructuras demasiado dinámicas o impredecibles a cierto tipo de personas (introvertidas, autistas o con tdha) es un absoluto sin sentido y es un problema de generalización.
El ser humano es diverso y en su diversidad encontramos habilidades y talentos diferentes. Existen personas que disfrutan con el trabajo dinámico y de relación social (más rápido, para crear lazos, aunque algo más impreciso) y otras personas rinden mejor y disfrutan más en entornos seguros y de baja estimulación (lo cual ofrece resultados más potentes y con mayor grado de detalle).
Conocer a las personas que conviven en ese contexto de trabajo, descubrir sus diferencias y adaptarnos a ellas es lo que hará que el clima laboral seas realmente positivo, inclusivo y nos lleve a resultados y a vivir con bienestar.
Estos tres factores llevan a todo lo demás: discusiones, prisas, indecisión, desmotivación, o incluso irresponsabilidad. Ahora vamos a profundizar en cómo solucionarlos.
Liderazgo y ambiente laboral
Como hablamos, el liderazgo es la capacidad para influir positivamente en los demás, de tal forma que esto promueva el aprendizaje y la iniciativa. Si pensamos que liderazgo es ser una persona dinámica, que te obedezcan o ser popular, estás limitando demasiado el término.
Se puede liderar desde el silencio, desde el ejemplo, también desde el dinamismo. Existen tantas formas de liderar como formas de personalidad. Muchas personas tienen justo este problema: quieren potenciar su liderazgo pero tratando de asimilar otras formas de ser. Se sienten menos y quieren desarrollar habilidades que ven en otras personas.
La forma de mejorar el clima laboral es potenciar un liderazgo genuino, que tenga ejemplo, se interese por las personas, y promueva la responsabilidad y el auto aprendizaje. Cuando en un contexto cada persona ejerce su propio estilo de liderazgo y se genera empatía, vivir con un clima laboral positivo está garantizado.
Claves para mejorar el clima laboral
Estas son las principales claves para mejorar el clima laboral de forma segura y estable, y que siempre estarán relacionadas con aprendizajes personales.
Conocer a las personas
Tener un interés genuino por el otro es el primer paso, y el más imprescindible, para generar un buen ambiente laboral. Se trata de conocer las tendencias de su personalidad (más extravertidos o introvertidos, por ejemplo), descubrir sus necesidades y motivaciones. En lugar de motivar de forma general, debemos conocer qué motiva a cada persona.
Comunicación inclusiva y asertiva
La comunicación inclusiva es la que nos hace sentir parte de un grupo. Es una comunicación plural, donde tenemos en cuenta al otro. Es importante que no la confundamos con ideas políticas relacionadas con el género.
Por ejemplo: no es lo mismo decir «tienes que resolver este problema pronto», que «tenemos que resolver este problema en dos días, ¿cómo crees que pudiéramos hacerlo?».
Este último ejemplo es inclusivo (incluye y por lo tanto considera y responsabiliza al otro) así como asertivo (plantea un límite, ya que el problema debe estar resuelto).
Dar ejemplo
Una de las primeras características del liderazgo es el ejemplo. No se ejerce liderazgo solo con órdenes o motivación, sino actuando tal y como es necesario para generar buen clima y resultados. Es importante tener presencia, cercanía, además de interés por el otro (esto genera confianza).
Asertividad y gestión de emociones
Estas dos habilidades nos llevan a conocernos, establecer límites (siempre amables), delimitar responsabilidades, entender y empatizar con el otro, ayudarnos y crecer juntos. Son muchas cosas y merecen la pena, ¿verdad?
Asertividad es la comunicación natural del ser humano. Es una comunicación según la cual expresamos lo que queremos, no queremos, podemos, no podemos, siempre de forma amable, concreta y en el momento. Gestión de emociones es la habilidad (que todo ser humano tiene y se puede desarrollar) para entender lo que sentimos y cómo gestionarlo (según nuestros comportamientos) para que tengan la intensidad, frecuencia y duración necesarias
Predictibilidad
Como hablamos, que el ambiente sea predecible genera seguridad, confianza y más motivación, además de responsabilidad propia y ganas de aprender. Muchas veces buscamos todo esto en las personas (cuando no se tiene, el clima no será el más adecuado) pero queremos que ocurra dentro de un contexto impredecible.
Conocer y acompañar a las personas en su desarrollo
El otro no es el problema en la mayoría de ocasiones, sino alguien que necesita encontrar su lugar, ayuda y oportunidades para crecer. En ocasiones la actitud o problemas de una persona en concreto parecen irresolubles. Sin embargo, es el menor de los casos, Lo más frecuente es que una persona genera problemas por tener una necesidad mayor que no ha sido resuelta.
Dar espacios
Elegir cuál es el lugar y momento adecuado para dar una información, permitir la distensión de las personas o permitirles su expresión genera confianza y por lo tanto mejora el ambiente laboral.
La productividad no es trabajar de forma extenuante sino conseguir los mejores resultados posibles con la menor cantidad de recursos posibles, incluidos el tiempo y el estrés. Para conseguir esto, disponer de espacios de comodidad es necesario (mira aquí si quieres mi vídeo sobre Productividad – hacer más con menos)
Clima laboral y nuestra influencia en él
Las vías para mejorar el clima laboral son el aprendizaje personal y el trabajo con el contexto. Tratar de encontrar soluciones rápidas basada en trabajar con el grupo o equipo son efectistas, pero no estables ni profundas. El trabajo individualizado sí da frutos, así como una intervención más estratégica.
Desde hace años mi trabajo como psicólogo y coach es acompañar a personas en sus procesos de cambio personal o profesional (aunque siempre son personales). En este sentido, trabajo solo de forma individualizada. Si es lo que quieres para mejorar, aprender o solucionar alguna situación de la parcela profesional (sea individual o con tus relaciones en el trabajo) o personal, puedes agendar una primera sesión exploratoria conmigo aquí.
Te envío muchos ánimos y aprendizaje!
Gracias por pensar en ti,
Rubén