Las 6 fases del proceso de cambio personal y por qué es tan necesario
Los seres humamos vivimos inmersos en un constante proceso de cambio personal. A medida que pasan los años y vivimos nuevas experiencias, el cambio personal nos permite crecer, conocernos, adaptarnos y vivir con bienestar. Sin embargo, ese cambio personal a veces se atasca…
Cuando vivimos experiencias desagradables como rupturas de pareja, crisis dentro de las relaciones, miedo a la incertidumbre, inseguridad, etc., vivimos con bloqueos constantes que nos hacen repetir las mismas experiencias y situaciones una y otra vez.
¿Cómo resolverlo? ¿Cómo salir de los bloqueos para vivir con más bienestar y relaciones positivas? La clave está en vivir un proceso de cambio personal que te haga más consciente de qué te ocurre, cómo lo gestionas, y cómo pudieras gestionarlo de forma diferente para crecer.
No podemos controlar al mundo, ni a los demás ni a lo que ocurre. Pero sí puedes aprender a entenderte a ti, y desde tu propio cambio personal, hacer que todo cambie. Esto no quiere decir que tú seas «culpable» de lo que ocurre, sino que lo único y más valioso que puedes hacer es enfocarte en tu propio cambio personal, no en lo que está ocurriendo fuera.
Hoy vamos a profundizar en cuáles son las 6 fases de un proceso de cambio personal. Esto ocurre durante toda nuestra vida, pero a veces es necesario tomar consciencia de ese proceso de cambio y tener compañía experta. En mi caso, acompaño como Psicólogo y coach a personas que quieren vivir sus procesos desde el año 2012. Lo que voy a contarte en este artículo depende de esa experiencia. Lee aquí un poco más sobre mí.
En todos los casos observamos 6 fases diferenciadas… ¿En cuál estás tú? ¿Dónde necesitas avanzar?
En qué consiste el cambio personal
Un cambio consiste en dejar atrás algo que ya fue suficiente e iniciar un nuevo momento. En nuestra vida los cambios se suceden constantemente, el problema es que no somos conscientes de ellos ni los manejamos. Cuando somos conscientes de cuál es el cambio que necesitamos, cómo lo vamos a conseguir y hacia dónde queremos ir, el proceso se acelera, es mucho más poderoso y eficaz. Todo llega antes.
Como si se tratara de una rueda que siempre gira, existen transiciones entre un estado y otro.
En esa transición ocurren los cambios.
Tanto si tu dificultad está en vivir con ansiedad, problemas en las relaciones de pareja, de autoestima, o incluso laboral, para que el cambio ocurra de una vez por todas debe transitar y superar estas fases.
Primera fase del proceso de cambio personal: insatisfacción
El cambio comienza con una sensación de insatisfacción
En esos momentos sientes que algo no funciona bien. A veces se trata de un momento de crisis: sientes ansiedad, angustia o un profundo desánimo. Esto suele ser más habitual ante problemas de pareja o en relación al miedo a la incertidumbre, inseguridad, etc. En otras ocasiones, se trata de una insatisfacción constante, que proviene de llevar demasiado tiempo con bloqueos, viviendo las mismas experiencias.
Esa situación es molesta y nos genera malestar. Esa insatisfacción, en realidad, es una señal que nos ayuda a descubrir que el cambio debe producirse.
Tu forma de afrontar lo que ocurre, creencias, conductas, gestión de tus emociones y cómo te relacionas con lo que sientes y cómo interpretas lo que te ocurre… ya no te ofrece una experiencia o resultado que te ayude a crecer y sentirte bien. Esa insatisfacción debe entenderse como un modo de motivación.
La motivación por vivir un proceso de cambio personal donde superes lo que te ocurre y tu bienestar dependa de ti, es lo que te ayuda a salir de esta fase. Porque el cambio personal solo es posible si se da en ti.
¿Qué tiene que cambiar en ti para que cambie todo lo demás? ¿Cuáles son las situaciones que se repiten en tu vida? ¿Qué es lo que te lleva hacia esa insatisfacción.
Recuerda que la insatisfacción es positiva, ya que te lleva hacia el cambio personal que necesitas.
Segunda fase del proceso de cambio personal: decisión
La insatisfacción te lleva a descubrir que necesitas vivir un proceso de cambio personal, pero no es suficiente para conseguir el cambio que necesitas. Una vez sientes que ya no quieres vivir más tus bloqueos habituales, llegas a una segunda fase: decidir.
Los seres humanos tenemos dificultad para tomar decisiones cuando el miedo, la inseguridad o la ansiedad nos contagian. Las dudas nos paralizan y nos hacen creer que en toda decisión pueden existir demasiados riesgos. Las dudas es una herramienta maestra del miedo para paralizarte, de ahí que sea tan importante que tomes decisiones conscientes.
¿Qué es lo que ganas continuando viviendo las mismas experiencias y según el mismo sistema de creencias?
En esta fase llega el momento de decidir qué quieres cambiar en ti, qué quieres aprender, desarrollar y superar, y sobre todo, que esa decisión esté centrada en tu cambio personal de forma impecable. Se trata de conseguir el cambio que necesitas al 100%, no de indagar sobre ello (esto es lo que ocurre habitualmente cuando miramos vídeos, seguimos cursos o libros de autoayuda, herramientas agradables pero no suficientes).
Tercera fase del proceso de cambio personal: el plan de acción
Cuando pensamos en un plan de acción, solemos creer que es una herramienta solo para profesionales o para un proceso de coaching. Nada más lejos de la realidad. Un plan de acción es una herramienta imprescindible en todo proceso de cambio personal.
¿Por qué? Porque todo cambio llega solo a través de la acción. Por más que reflexionemos o profundicemos, los cambios no llegarán si no haces algo diferente. El plan de acción, de hecho, es un paso imprescindible que debe tener lugar en consulta psicológica (y que apenas suele hacerse o concretarse, de ahí que surgiera el coaching como alternativa más práctica).
Un plan de acción no es algo incompatible con fluir. Se trata de fluir (adaptarte a las nuevas situaciones, a los nuevos retos y aprendizajes) y a su vez, actuar. El plan de acción te llevará hacia los cambios específicos que necesitas, tanto para mejorar tu autoestima, gestionar tus emociones o mejorar tus relaciones personales o de pareja.
Cuarta fase del proceso de cambio personal: trabajar con todas las partes de ti
Es habitual que cuando acudimos a una primera consulta psicológica, nos centremos en querer resolver un problema concreto: problemas de ansiedad, desánimo, autoestima, crisis de relaciones, etc. Pero, ¿qué ocurre cuando solo nos centramos en un área? Que descuidamos todo lo que realmente te ocurre.
El ser humano es un ser integral, donde todos esos aspectos están relacionados. Tu autoestima depende de la forma en la que gestionas ciertas emociones, así como la ansiedad depende de tu forma de respirar, y todo ello causa un efecto en tus relaciones. Tu forma de comunicarte también te condiciona en cada relación.
Por lo tanto, en tu proceso de cambio personal es importante trabajar con todas las áreas, ya que todas están relacionadas. Lo ideal es comenzar centrándote en el tu problema principal, para desde ahí descubrir cuál es el origen del problema, y posteriormente vivir tu cambio personal cuidando todas las áreas. Solo si el cambio es integral, será también estable.
Quinta fase del proceso de cambio personal: La constancia
Uno de los mayores errores que podemos cometer si pretendes conseguir cambios en tu vida (y es el más habitual) es el de la pérdida de la constancia. Agendar solo unas sesiones no suele resultar suficiente, porque aunque comencemos a aplicar cambios y te funcionen, aún no los has interiorizado.
¿Cómo mejorar tu constancia? Se trata de tomar una decisión consciente, y ante todo, contar con un método que te garantice esa constancia. Por ese motivo yo no acompaño solo con sesiones, sino de forma más constante y comprometida, sin límite de consulta y de forma diaria (además de con otras herramientas semanales, sesiones, etc.).
Si la compañía es constante, tu avance también lo será.
Sexta fase del proceso de cambio personal: interiorizar
La última fase es la que te lleva a que ese cambio sea estable. Cuando comenzamos a aplicar cambios específicos y tu situación mejora, lo más valioso es interiorizarlo. Esto también ocurre de forma común en psicología: personas que viven terapias y consiguen sentirse mejor, pero tras meses o años, los problemas reaparecen. Esto es debido a que el cambio no ha sido interiorizado.
Sin embargo, para interiorizar cambios no es necesario que pase demasiado tiempo. Los cambios no se interiorizan con el tiempo, sino con trabajo personal, con constancia y apoyo diario. Solo así el cambio será para siempre.
Vivir estas fases y superarlas es lo que necesitamos para que un proceso de cambio personal funcione y sobre todo que tenga un efecto estable en tu vida. Si quieres profundizar más, recuerda que tienes la opción de agendar una primera sesión conmigo para conocernos, profundizar en tu caso concreto y ver cómo puedo acompañarte en ese proceso.
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Recuerda que en la web encuentras multitud de artículos para profundizar en tu situación en concreto. Cualquier duda, puedes consultarme.
Gracias por pensar en ti,
Rubén