Errores que debilitan tu autoestima

Vivir con bienestar es el anhelo de todo ser humano. Para eso, necesitamos vivir con una autoestima que te funcione, donde tu bienestar dependa de ti. ¿Cuáles son los errores que debilitan la autoestima?

Hoy día es habitual pensar que tu autoestima se ve debilitada por lo que ha ocurrido o a causa de otros. Una ruptura, tener problemas de pareja o dificultades en tus relaciones sociales, puede hacer que sientas que debilitan tu autoestima. De esta forma, decimos que tenemos la autoestima «baja», que te han «quitado» la autoestima, o incluso que la has perdido. Pero esto implica que ves la autoestima como un objeto, como algo que se puede ganar o perder…

Esto forma parte de esos errores que debilitan tu autoestima. Tu autoestima es tuya y depende de ti, de tu forma de funcionar, vivir, pensar y relacionarte. Esto no quiere decir que los demás o el mundo no te afecte. Claro, puede condicionarte mucho… pero si tu bienestar depende principalmente de ti, tu autoestima funcionará de forma estable.

Para conseguirlo, primero tenemos que preguntarnos esto: ¿cuáles son los errores que debilitan la autoestima? ¿Qué es lo que hacemos, pensamos o decimos que la debilitan tanto?

Aunque puedan existir cientos de factores involucrados, la experiencia práctica como psicólogo te hace descubrir que existen 3 errores principales… y puede ser que los hagas cada día.

Vamos a ver cuáles son esos 3 errores que debilitan la autoestima, qué es realmente la autoestima, cómo te funciona a ti, y cómo pudieras hacer que funcione. Todo lo que voy a contarte está basado en experiencia práctica en consulta y a través de las personas que han vivido sus procesos de cambio y consiguieron construir una autoestima funcional de forma estable. Vamos a por ello!

Qué es realmente la autoestima y por qué a veces no te funciona

¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que hace que la autoestima (una relación contigo a través de la cual fluye una relación con el mundo) se debilite? ¿Qué es lo que hace que construyas una autoestima que no te funciona?

​​La palabra autoestima hoy día es usada para explicar el mundo y las conductas de los demás. «Tiene baja la autoestima» «Quiero tener una alta autoestima». ¿Pero qué significa realmente eso? La autoestima no es realmente algo que se pueda «subir» o «bajar». De hecho, una autoestima alta puede equivaler a ego o a vanidad. A veces se confunde la autoestima incluso con el individualismo y la humildad con la baja autoestima. Nada más alejado de la realidad.

​La autoestima, en realidad, te funciona o no te funciona. La autoestima es tu relación contigo, tanto afectiva (lo que consideras de ti, el valor que te das) como de valores (lo que crees que haces de forma correcta o incorrecta) como de creencias (lo que crees que puedes hacer o no, tus capacidades reales) y esta visión condiciona totalmente tu visión del mundo y de los demás.

En cierto sentido, pudiéramos decir que tu autoestima son como las gafas con las que ves el mundo. Por esta razón es tan peligroso querer mejorar tu vida solo «subiendo» la autoestima, ya que puede que solo estés valorando aspectos de ti que no tienen nada que ver con la autoestima.

Vamos a profundizar ahora en los 3 errores que debilitan la autoestima para que seas consciente de cómo te afectan y superar el problema.

Los 3 errores principales

Para solucionar tus problemas de autoestima, el principal aprendizaje que necesitas es entender que tu autoestima no depende de lo que te ocurre o de lo que te dicen. Pensar esto implica que es una autoestima dependiente (algo que con el tiempo va a generar siempre problemas).

Tu autoestima es el resultado de múltiples factores, pero ante todo es una relación afectiva contigo que surge a través de tus acciones, tu modo de vida, tus rutinas, tus interpretaciones y autoconocimiento (conocerte y descubrir qué necesitas y cómo funcionas te llevará hacia una autoestima positiva y estable).

Vamos a ver cuáles son los 3 errores que debilitan tu autoestima. Se pueden presentar múltiples dificultades, pero en consulta descubrimos que ante todo se repiten estos tres. ¿Cuáles ocurren en tu caso?

Expectativas

Las expectativas son una forma de validación del miedo. Tenemos expectativas sobre lo que queremos que ocurra (en pareja, vida social o trabajo) porque estamos validando lo que tememos que ocurra.

Sí, es normal vivir con expectativas. Es una forma también de gestionar la incertidumbre. Pero cuando vivimos con demasiadas expectativas implica que queremos tener un control sobre lo que ocurre. Y nuestras expectativas, habitualmente… no se cumplen, porque no podemos controlar lo que ocurre y porque nada ocurrirá según nuestros deseos previos.

Saber gestionar las expectativas y reducirlas te ayuda a vivir con más bienestar y aceptación. Vivir con demasiadas expectativas te condiciona a lo que ocurre y por lo tanto perjudica tu autoestima.

Comparaciones

Cuando nos comparamos con otras personas o incluso con un «yo ideal», sentiremos que siempre perdemos en la comparación. ¿Por qué? Porque toda comparación es infinita, y es una forma de perjudicar la imagen que tienes sobre tu realidad. Una comparación es siempre una forma de minusvalorarte (en tu imaginación, siempre se puede ser «más», o «menos», ser mejor, peor, etc.).

De hecho, lo que consideramos «autoestima alta» está basada en esa comparación según sentirnos más o querer más, algo que a largo plazo también nos perjudica (se cae, como el castillo de naipes). Toda comparación debilita tu autoestima. Tu situación, tu proceso, es tuyo y tus progresos son adecuados según el contexto que tienes.

Juicios de valor

Hacer juicios de valor sobre los demás, considerar qué es correcto o incorrecto y hacer así valoraciones del otro, solo refleja una necesidad por querer tener el control, lo cual a su vez implica miedo.

A la vez, los juicios de valor son una forma de distorsionar la realidad y nos impide generar empatía hacia el otro, ya que cada persona está en un aprendizaje determinado, en una situación determinada y con unas experiencias determinadas, que le hace comportarse de una forma u otra (ni mejor ni peor, simplemente como puede).

El juicio de valor nos aleja de esta comprensión, nos impide conectar con el otro y nos separa. ¿A qué se debe? Nuevamente, a que tu bienestar depende de cómo se comporta el otro. Sin embargo, lo contrario a los juicios de valor negativos no es hacer juicios de valor positivos, sino no hacerlos en sentido alguno. Ser capaz de comprender al otro, empatizar, relativizar y aceptar nos ayuda a conectar y a construir ese bienestar propio de una autoestima que funciona.

¿Cuál de estos 3 errores que debilitan la autoestima te causa más problemas? Vamos a ver ahora cómo resolverlo.

La relación de la autoestima con tus emociones

Mejorar o fortalecer tu autoestima pasa por varias etapas.

En primer lugar, se trata de descubrir cómo funciona tu autoestima ahora y a qué experiencias o dificultades te lleva. En segundo lugar, se trata de construir una autoestima funcional. Esto implica que vas a conocerte más y que el cambio será estable, más profundo y satisfactorio que solo aumentar tu valoración personal (algo que solo te beneficia un tiempo).

Existe también una relación muy estrecha entre tu autoestima y tus emociones. ¿Qué es lo que hay detrás de las expectativas, comparaciones y juicios de valor?

Ante todo hablamos de miedo e inseguridad. Una autoestima dependiente o poco funcional siempre está vinculada con sensaciones de miedo, inseguridad o ansiedad, así como de culpa y ansiedad. Todas estas sensaciones están relacionadas con ese «sentirte menos» tan habitual.

Vamos a ver su relación.

Miedo, inseguridad y autoestima

Los seres humanos somos seres emocionales. Cada segundo del día estamos inmersos en algún estado emocional. Por este motivo, tus emociones te influyen en tus interpretaciones, decisiones, acciones y también relaciones y autoestima.

Si las emociones que más sientes y condicionan tus relaciones son el miedo y la inseguridad, tratarás de buscar una aprobación externa que hará que se debilite tu autoestima.

Pero las responsables no son esas emociones, sino tu forma de gestionarlas mediante tus comportamientos. De ahí que aprender a gestionar tus emociones sea una aprendizaje esencial para construir una autoestima funcional (todo proceso que no trabaje con tus emociones hará que tu autoestima mejore pero solo de forma temporal).

Autoestima y relaciones

​En primer lugar te pido que reflexiones sobre la estrecha relación que existe entre tu autoestima y tus relaciones personales. ¿Qué es lo que hace que tus relaciones personales sean saludables (a pesar de los conflictos) o estén dominadas por la inseguridad, la ansiedad o los choques personales?

Tu autoestima no solo define lo que crees sobre ti y tu relación contigo, sino que a través de esa relación construyes tus relaciones. Si tu autoestima no te funciona, tus relaciones tampoco funcionarán.

Que tus relaciones funcionen no depende de ti, ya que existen factores incontrolables. Pero si tu autoestima funciona, podrás construir relaciones más funcionales y positivas desde el principio, así como poner límites, y también que los posibles conflictos no te pesen tanto.

Fortalecer tu autoestima de forma estable (sin errores y sin «subir» nada)

Bien. Ahora sabes cuáles son los 3 errores que debilitan tu autoestima y cuáles son los factores involucrados. ¿Cómo lo resolvemos?

No se trata de «subir» autoestima, como hablamos, sino de construir una autoestima funcional que sea estable. Para eso puedes apoyarte con un proceso de cambio personal donde consigas estos objetivos:

Construir bienestar

Si tu bienestar depende de ti, de tus acciones, interpretaciones y decisiones, tu autoestima será más estable. Los demás siempre van a influirte y necesitamos relaciones (somos seres sociales, empáticos y emocionales) pero donde no dependamos de esas relaciones.

Gestionar tus emociones

Si uno de los principales problemas con la autoestima está aquí, también debemos aprender a gestionarlas. Se trata de entender cómo las gestionas ahora y cómo puede ser diferente, contando con un plan de acción concreto para que tengas tus emociones de tu lado en lugar de en tu contra (los cursos, libros o talleres pueden ser valiosos, pero no implican un proceso de cambio real).

Relaciones positivas

La calidad de tus relaciones depende ante todo de tu enfoque. Para que funcionen, una relación no debe consistir en dependar o en que tu bienestar dependa de la relación. Una relación es ante todo una experiencia para compartir bienestar, construir un vínculo intimo y apoyarse (sin depender del otro).

Un cambio en ti para que tu autoestima funcione

Conseguir el cambio que necesitas es posible si cuentas con el compromiso. En mi caso, mi trabajo como psicólogo y coach es ese: acompañarte en un proceso de cambio profundo y completo, donde lo consigas al 100%. Por este motivo no acompaño solo con sesiones, sino de forma constante (diaria) y sin límite de consulta, para cualquier necesidad que tengas. Así, sentirás ese apoyo en todo momento. También trabajaremos con herramientas semanales y sesiones.

Si es lo que quieres, recuerda que puedes agendar una primera sesión para conocernos, descubrir qué ocurre y cómo lo podemos solucionar.

Gracias por pensar en ti,
Rubén